Hacer seguimiento cualificado de tu equipo y representarlo de forma gráfica es esencial, especialmente cuanto más compleja es tu organización. Podemos encontrar diversas motivaciones para hacerlo.
1. Impulsa la competencia amistosa
La competencia es un hecho en el lugar de trabajo. Algunos jefes lo ven como una táctica de gestión eficaz, pero las cosas pueden oscurecerse. Si se deja sin restricciones, esta rivalidad podría terminar dañando a la propia compañía.
Además, puede llegar a volverse tóxica y aumentar las tasas de rotación. La razón por la cual esta competencia se vuelve tan dura es porque están en juego promociones y aumentos.
Las tablas de clasificación en formación gamificada rebajan la presión y hacen que competir sea amigable, evitando que sea una cuestión trascendental. Simplemente se asocia a algo divertido.
2. Anima a los empleados a alcanzar su máximo potencial
Este tipo de herramientas gráficas empuja al equipo a superarse, ya que ponen en evidencia los conocimientos, las cifras de ventas reales o las fuentes de mayor cantidad de clientes potenciales, independientemente de si se convirtieron en reales o no.
3. Brinda a los empleados una motivación positiva, no basada en la evitación del castigo
En el mundo profesional se requiere un tipo diferente de empuje. De niños, hacemos cosas porque temíamos el castigo. Hasta cierto punto, esto también funciona cuando somos adultos, pero solo en caso puntuales, normalmente de gran repercusión.
Sin embargo, en escenarios más pequeños y cotidianos, la preocupación leve o el miedo resultante lo cortan. Es posible que un empleado tenga miedo a ser despedido, pero no es suficiente. Un LMS con una rica funcionalidad de gamificación puede ayudar a que su motivación sea positiva en lugar de negativa.
4. Valida los cambios en el comportamiento de los empleados
El papel de la fuerza de voluntad para hacer las cosas es fundamental, ya sea a la hora de hacer ejercicio, dieta o desarrollar un nuevo hábito.
Algunos investigadores sugieren que para conseguir cambios es mejor modificar la forma de pensar antes. Es decir, verse a uno mismo como alguien que realiza los cambios deseados acabará ayudando a transformar los hábitos.
En este sentido, los recursos gráficos (tablas y otro tipo de representaciones) de un LMS gamificado hacen posible esa visibilidad. Si te ves entre los diez primeros clasificados, te ves como ganador, lo que refuerza tus forma de actuar. De esa manera, adquirirás confianza y continuarás practicando hábitos para mantener tu puesto entre los mejores.
5. Facilita la presión positiva de los compañeros
Por mucho que nos cueste admitirlo, la comparación con los demás nos marca. Podemos encontrarnos inconscientemente valorando nuestros logros en comparación con los de nuestros compañeros.
Un LMS que cuente con funcionalidades de gamificación puede llevar esa práctica a sus límites, pero más favorables, al facilitar la presión positiva de los compañeros. Es más probable que los empleados asuman una formación online adicional si les permite superar a sus compañeros de trabajo en un posible tablero de clasificación..
6. Permite a los empleados comprobar su progreso
Más allá de la competencia amistosa y del alcance de la presión de grupo, este tipo de herramientas de gamificación fomentan la autorreflexión. Los empleados pueden evaluar sus logros y en qué necesitan mejorar. Por ejemplo, si han de ganar otros 25 puntos para alcanzar el siguiente nivel en el tablero, estarán más dispuestos a dedicar tiempo de entrenamiento y completarán los cursos adicionales necesarios.
Se genera así un espacio seguro y amigable para fomentar la competencia sin sabotear a los demás. Se impulsa a los participantes a participar en formación más allá de su zona de confort y se les motiva a continuar, ofreciéndoles una prueba tangible de su progreso y éxito. Claramente, es una función del LMS que vale la pena habilitar.