Pudiera parecer que “procrastinar” es una palabra del ámbito de la medicina o de la metereología por su origen latino, pero no; de hecho, solemos utilizarla a menudo en nuestra vida cotidiana pues se refiere al hábito de posponer acciones que requieren nuestra intervención para sustituirlas por otras irrelevantes o que nos cuestan menos esfuerzo.
¿Qué es procrastinar?
En resumen, procastinar es la costumbre de retrasar tareas importantes por otras más agradables, pero menos relevantes. Por ejemplo, aparece cuando tenemos que responder a un email importante y acabamos mirando las actualizaciones de Facebook, o si debemos redactar un texto y nos ponemos a revisar las noticias del día, de manera que cuando volvemos a escribir, nos hemos olvidado del punto en el que nos encontrábamos. En definitiva, el clásico pensamiento “tengo que”, al paso del que siempre surge algo que hace que lo dejemos para el día siguiente.
¿Cómo saber si estás procrastinando?
Para tu tranquilidad, todos procrastinamos. Todos. No hay nadie que no trate de evitar tareas complejas. La cuestión es no convertir algo ocasional en algo habitual.
Cómo romper con la procrastinación
La clave para romper este hábito se podría resumir en 3 pasos muy fáciles de seguir:
1. Haz una lista diaria de cosas que hacer
No te excedas en el número. Incluye tres tareas y destaca una como la más importante. Pueden ser tus 3Ts y una de ellas tu T+, esa tarea que no vas a dejar pasar, que harás sea como sea en esa jornada.
2. Foco
Dedica dos o tres horas a solo hacer esas tareas. Cierra el correo, cierra las redes sociales y céntrate en eso. Si te ayuda a la concentración, puedes escuchar música, la radio o algo que te acompañe, pero no nunca algo que te distraiga de la tarea principal.
3. Date un premio
La procrastinación suele buscar cosas agradables para desviarnos del objetivo. Úsalo para recompensarte. Date un premio al llegar a tu objetivo. Cuando las 3Ts estén completas, date un premio. Usar Facebook, dar un paseo, tomarte un tentempié… Algo que te recompense por el trabajo hecho.
Cuáles son los siguientes pasos para no procrastinar
El principal problema de la procrastinación es que no avanzamos. Dejamos tareas sin hacer, se acumulan y, cuando al cúmulo de tareas pendientes es gigante, nos vemos desbordados y, por tanto, no nos sentimos felices. Definir objetivos alcanzables y simplificar es esencial. Ponte metas claras que puedas sacar adelante. Metas diarias, metas mensuales y metas anuales. Sin embargo, intenta no abarcar más de lo necesario y prioriza las tareas que son realmente importantes para cumplir tus objetivos.
Por supuesto, es esencial fijar metas relevantes para tu vida y, sobre esa base, definir tareas que te conduzcan a ellas. Ejemplos de ese tipo de objetivos vitales pueden ser:
- Buscar un mejor trabajo
- Cuidar de mi salud.
- Pagar mi hipoteca
- Ser feliz con mi pareja
Esas metas generales, como decíamos, habría que dividirlas en tareas anuales, mensuales, semanales y diarias.
Aprende a no procrastinar jugando
En Gamelearn hemos desarrollado el curso Triskelion para ayudarte a organizar tu tiempo, tareas y prioridades. Todo ello contribuirá a maximizar tu productividad y a mejorar el uso del tiempo. No se trata de trabajar mucho, sino bien y con concentración en las tareas que tienen más impacto en tus objetivos finales.