Dada la implantación del e-learning en los planes formativos que muchas empresas ofrecen a sus plantillas, el reto más acuciante ahora para los departamentos de RR. HH. y de L&D es motivar a los profesionales para realizar y completar los cursos online que ponen a su disposición.
Un contenido de calidad adecuado a las necesidades de capacitación de cada empleado, convenientemente adaptado a su cadencia de aprendizaje, es imprescindible, pero no suficiente. Especialmente, si los cursos no son obligatorios, conseguir enganchar con la formación corporativa digital se complica.
Las plataformas de e-learning han evolucionado notablemente durante los últimos años y resultan cada vez más flexibles a la hora de favorecer la innovación en la formación online, pero ¿suelen conseguir los ratios de satisfacción esperados con los cursos? Mayoritariamente, no.
De hecho, en el último informe de Gamelearn Contradicciones de la formación corporativa 2022, que analiza las respuestas de más de 1000 profesionales de RR. HH. y L&D y empleados de distintos sectores, se pone de manifiesto esta preocupación entre los responsables de los programas formativos en las organizaciones. En concreto, la segunda inquietud más citada entre los encuestados con este perfil es la de incrementar el engagement de los alumnos con los cursos online.
Vamos a repasar algunos de los problemas recurrentes a la hora de lograr el engagement esperado con la formación online corporativa, acompañados de soluciones viables que los podrían paliar.
1. Los alumnos disponen de escaso tiempo para formarse
Pese a la creciente relevancia del aprendizaje continuo (lifelong learning) en la escala de preferencias de los profesionales, la percepción de los estos suele ser que no disponen del tiempo que desearían para su formación continua, tampoco si esta proviene de sus empleadores.
Solución: Las organizaciones pueden facilitar el acceso a plataformas de e-learning de uso sencillo, con catálogos abiertos, donde los alumnos puedan encontrar cursos de distinta duración y con objetivos diversos, para tener la posibilidad de completar más fomación en menos tiempo, en función de su disponibilidad.
Por ejemplo, a través del Campus de la plataforma Gamelearn, las organizaciones pueden ofrecer todos los cursos en abierto a sus plantillas, agrupados en itinerarios o por separado, permitiendo que cada empleado defina sus prioridades y sea responsables de su aprendizaje y refuerzo de habilidades.
2. El contenido no está relacionado con la actividad profesional
Es frecuente que el material incluido en las formaciones corporativas, tambien en las digitales, esté poco asociado al trabajo diario de sus destinatarios. ¿Los motivos? A menudo se trata de contenido demasiado abstracto o teórico, o directamente no coincide con la práctica real de los alumnos.
Solución: La integración en los cursos de simuladores capaces de reproducir situaciones reales en un entorno seguro, el clásico role play, ayuda a cubrir esa brecha. Además, se favorece el feedback inmediato durante el aprendizaje. De ese modo, el alumno puede experimentar las consecuencias de su respuesta ante distintas situaciones, con el aprendizaje que esto conlleva, pero sin el posible coste psicológico o incluso económico que implicaría hacerlo en circunstancias reales.
3. El enfoque es poco práctico
Al hilo del anterior inconveniente, se puede hablar también de la falta de sentido práctico de algunos cursos que las plantillas reciben de sus empleadores, también de forma virtual.
Solución: Aproximarse al desarrollo de habilidades desde la práctica, es decir, a partir del planteamiento de casos reales, como se sugería más arriba, puede ser la respuesta. En inglés, se escucha a menudo este concepto: learning by doing (aprender haciendo). Esa es la clave.
4. Los cursos no permiten la interacción y son tediosos
Finalmente, como ya mostraba el informe Contradicciones de la formación corporativa 2022, una de las quejas más habituales con respecto a los cursos online es que resultan aburridos. Era la desventaja más citada entre los empleados encuestados. Le seguía la falta de interactividad.
Solución: Introducir historias (storytelling) que enganchen como hilo conductor de los cursos es uno de los recursos infalibles para acabar con el tedio tan característico del e-learning hasta ahora. El otro, cada vez más empleado, la gamificación o aplicación de las mecánicas de los juegos a este tipo de productos formativos.
SI aunamos en una las cuatro soluciones, no hay duda de que el videojuego formativo como generador de engagement en el e-learning es incuestionable. También lo serían las apuestas más inmersivas de la realidad aumentada o la realidad virtual, pero aún son demasiado costosas para la mayoría de las empresa. El videojuego hasta el momento se ha convertido en la llave perfecta hacia un aprendizaje continuo natural, accesible, divertido, personalizado y relevante para las necesidades de todas las generaciones de trabajadores actuales.
Fernando
Fernando
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