El b-learning (del inglés blended learning) se está imponiendo poco a poco en las empresas como uno de los mejores métodos de formación corporativa. Su combinación de clases presenciales y cursos online (o cualquier otro recurso digital) ofrece a los alumnos una experiencia más enriquecedora, variada y efectiva. La clave del b-learning (también llamado “modelo híbrido” o “semipresencial”) está precisamente en su flexibilidad y capacidad para incorporar las mejores prácticas de cada metodología.
Si todavía no estás seguro, aquí tienes las 7 grandes ventajas del b-learning:
1. El toque humano
Todos somos conscientes de las ventajas del mundo online, pero eso no tiene por qué implicar renunciar al factor humano. Las clases presenciales (como defiende el b-learning) pueden servir para resolver dudas personales, para fomentar el debate entre compañeros o para hacer ejercicios prácticos. Contar con un tutor también puede contribuir a personalizar todavía más el proceso de aprendizaje.
2. Ahorro de costes
Utilizar cursos online para explicar conceptos básicos o practicar habilidades tiene la enorme ventaja de que reduce costes. No tienes que gastar dinero en desplazamientos, comidas o alojamiento; tampoco obligarás a tus empleados a viajar durante horas o a dormir en un hotel alejados de sus familias. Además, si tienes que actualizar los contenidos, los cursos online te permitarán hacerlo de forma mucho más rápida y barata.
3. Distintos métodos pedagógicos, más efectividad
Todas las personas aprendemos de forma distinta. Mientras que algunos empleados pueden sentirse más atraídos por los cursos online o por el aprendizaje con videojuegos, otro pueden preferir las clases tradicionales con un profesor. La ventaja del b-learning es que, gracias a la utilización de varios métodos pedagógicos, consigues llegar a todo el mundo. No sólo eso, sino que la combinación de la formación online y offline deja una huella más profunda en los empleados y les permite reforzar las habilidades y conocimientos aprendidos.
4. B-learning: más flexibilidad para tus empleados
La flexibilidad es una de las características más demandadas por los empleados. El b-learning, y en particular la incorporación de cursos online, permite que los alumnos puedan realizar la formación cuándo y dónde quieran. En la mayoría de casos tan sólo necesitarán un ordenador (o tableta o teléfono móvil) y una conexión a internet. Tus empleados lo agradecerán.
5. Clases presenciales más eficientes
En la actualidad, uno de los problemas más frecuentes de las clases presenciales es que emplean demasiado tiempo en explicar cosas que podrían estudiarse online. El modelo b-learning obliga a corregir este error: los alumnos deben asistir al aula después de haber completado ya parte de la formación, con lo que las clases deben enfocarse en todo lo demás: debates con los compañeros, practicar lo aprendido, dinámicas de grupo, resolución de problemas, trabajo en equipo, preguntas con los tutores… De esta forma tanto la formación online como la offline se vuelven más intensas y efectivas.
6. B-learning: feedback más completo
Gracias a los cursos online, podrás obtener de forma rápida una gran cantidad de feedback sobre tu programa de formación; por otro lado, las clases presenciales te ayudarán a profundizar en ese feedback y a obtener respuestas más personales y elaboradas. Si te lo tomas en serio, el modelo b-learning te ofrecerá una gran cantidad (y calidad) de información con la que luego podrás evaluar y mejorar tus programas de formación.
7. B-learning: lo mejor de los dos mundos
En resumen, lo que ofrece el b-learning es lo mejor de los dos mundos. Por un lado, consigues ahorrar costes y una gran flexibilidad gracias a la formación digital, rompiendo con las barreras geográficas y haciendo el aprendizaje rápido y sencillo. Por otro lado, tus empleados siguen teniendo una formación personalizada, pueden trabajar en equipo, reciben un trato humano y pueden resolver sus dudas con un tutor. La idea detrás de este modelo mixto o híbrido está precisamente en no tener que elegir entre un método u otro, sino en utilizar cada uno de ellos en función de los objetivos y ventajas que ofrece cada metodología.