Papeles, unos cuantos bolígrafos, notas adhesivas, tu taza de café, la calculadora, el teléfono móvil, un montón de lapiceros que no usas… ¿eres de los que acumula todas estas cosas en tu escritorio? ¡Cuidado! Esta práctica puede ser un problema para tu productividad y estas son las 8 excusas (baratas) con las que te intentas justificarte:
1. El desorden no me impide trabajar
Un escritorio lleno de cosas puede que no te impida realizar tu trabajo, pero lo cierto es que reduce tu productividad porque todo aquello que acumulas sobre la mesa son cosas sobre las que más tarde tendrás que tomar una decisión y, por lo tanto, ocuparán tu tiempo. Ordena tu espacio para trabajar con eficiencia.
2. No lo recojo por si lo vuelvo a necesitar
Si terminas una tarea y no guardas las cosas que has necesitado para realizarla (carpetas, anotaciones, etc.), estás contribuyendo al desorden de tu mesa de trabajo. La manera de evitarlo es sencilla: guarda cada vez aquello que utilizas para hacer una tarea. No dejes que los trastos se acumulen frente a ti.
3. No tengo dónde guardar las cosas
Si no sabes dónde guardar todo lo que tienes encima de la mesa y que no utilizas a diario, pon remedio. Asegúrate de que tu espacio de trabajo cuenta con cajones, armarios o lugares destinados a recoger y archivar el material que necesitas. Y recuerda: tu mesa no es ese lugar.
4. Mi mesa es muy pequeña
Todos necesitamos un mínimo espacio para trabajar de forma cómoda y productiva. Si sientes que tu escritorio es demasiado pequeño y no tienes espacio suficiente, antes de cambiar a una mesa mayor pregúntate si ésa es la solución a tu problema. Muchos compran una mesa más grande, pero en realidad es sólo una excusa para llenarla de más cosas.
5. Todo lo que tengo lo utilizo
Guarda sólo una cosa de cada, seguro que no necesitas un rotulador de cada color ni dos cuadernos prácticamente iguales o cuatro blocs diferentes de post-it. En otras palabras, elimina los objetos duplicados para que tu escritorio no sea un problema para tu productividad.
6. Yo sé dónde está todo
Es un gran error pensar que controlamos nuestro propio desorden. Es posible que aciertes a encontrar el papel que buscas en medio de tu pila de documentos, pero serías mucho más eficiente si tuvieras toda esa documentación archivada y guardada sin desorganizar tu mesa de trabajo.
7. Son mis cosas
Algún juguete, un recuerdo de un viaje, fotografías frente al separador de tu mesa… hay oficinas con mesas que parecen auténticos mercadillos. Sin embargo, todos estos objetos que tú piensas que “personalizan” tu escritorio, en realidad no aportan a tu trabajo y sólo contribuyen a distraerte. Por el bien de tu eficiencia, mantén encima de la mesa sólo aquello estrictamente necesario y guarda tus recuerdos personales en otro lugar.
8. No me atrevo a tirarlo
A veces guardas cosas que deberías tirar a la basura. Tarjetas de visita que nunca vas a utilizar, folletos publicitarios, presupuestos caducados, documentación irrelevante… la mayoría de las cosas que guardas no las necesitarás en el futuro: tíralas a la basura (¡y recicla!). Cuanto más limpies, más productivo serás.
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