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Capacitación corporativa: deja que cada uno escoja su camino

Los responsables de formación y desarrollo se han convertido en una especie de Tom Cruise al frente de una misión imposible: ofrecer a sus cientos o miles de empleados cursos que les hagan crecer como profesionales y como personas. Para conseguirlo, los departamentos de recursos humanos analizan el amplio catálogo de ofertas de formación, los Learning Management System (LMS) y los Massive Online Open Courses (MOOC). La tarea puede llevar cientos de horas y no conseguir los resultados esperados: al fin y al cabo, cada persona es un mundo, y las perspectivas de cada empleado sobre su carrera profesional son a menudo radicalmente distintas.

La solución a este problema puede ser tan sencilla como revolucionaria: dejar que escojan ellos. Esta estrategia se ha definido como employe-led learning (ELL) y sus principios son muy claros: el trabajador debe estar en el centro de la estrategia de formación y es necesario ayudarle a identificar y encontrar los cursos que mejor se adapten a sus intereses y necesidades. Frente a una capacitación centrada en contenidos homogéneos en torno a un profesor, el ELL pone el énfasis en la formación personalizada y en los intereses de cada uno de los trabajadores.

La especialista Jane Hart, fundadora del “Centre for Learning & Performance Technologies”, es una de las grandes defensoras del ELL. En su opinión, es necesario dejar de tratar a todos los empleados de la misma forma y ofrecerles las mismas soluciones; la mejor estrategia es “tratarles como individuos y ayudarles a tener experiencias de aprendizaje personales que se ajusten a sus propias necesidades”. Jane Hart va incluso más lejos al apuntar a un cambio completo de mentalidad:

“Necesitamos dejar de tratar a los empleados como niños de colegio y necesitamos dejar de ponerles en un bandeja toda la formación que necesitan hacer exactamente de la forma en la que nosotros les recetamos; en su lugar, ¡necesitamos tratarles como los adultos inteligentes que son!”

Por supuesto, esto no quiere decir que tengamos que dejar absolutamente todo en manos de los empleados. Una de las misiones más importantes de los responsables de recursos humanos es ayudar a sus trabajadores a crear una estrategia clara de formación; proponer, identificar y seleccionar aquellos cursos que mejor se adapten a cada empleado; explicarles cuál es el futuro de la empresa y cómo pueden prepararse para él. Los profesionales de formación y desarrollo siguen siendo imprescindibles, pero deben darse cuenta de que los protagonistas tienen que ser los empleados.

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