La formación y el desarrollo deben ser continuos a lo largo de la carrera de un profesional. Desde la perspectiva de la dirección de RR. HH, la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades permite a los empleados estar mejor preparados para los retos a los que se enfrentan a diario, además de aumentar su confianza, mejorar ciertas capacidades y elevar su satisfacción personal. De este modo, la formación de los profesionales permite a las empresas contar con equipos más competentes que puedan resolver rápidamente las situaciones críticas. También puede ayudar a los empleados recién llegados a una organización a afrontar la gestión de los problemas y conflictos internos y a contribuir a aumentar la cooperación entre equipos.
Cada vez más responsables de RR. HH. se dan cuenta de que quien no participa activamente en un proceso de formación está menos cualificado, simplemente por la rápida evolución de la tecnología, de los mercados, de los productos, del ecosistema empresarial y del comportamiento de los clientes.
Los empleados y la formación hoy
Actualmente, los profesionales tienen cierta resistencia al cambio, algo comprensible, ya que cualquier cambio genera malestar. Por este motivo, tener formación con flexibilidad tiene varias ventajas, como la de adecuarse a cualquier situación. Para estar a la altura de los constantes cambios en el escenario empresarial, es muy importante que el profesional esté bien preparado y tenga las herramientas que necesita. Esta flexibilidad es beneficiosa para el autodesarrollo profesional, ya que permite ampliar los horizontes, por ejemplo:
- Descubrir el verdadero propósito y objetivo vital.
- Analizar habilidades y cómo pueden ayudar a conseguir los resultados deseados.
- Entender qué necesidades motivan.
- Averiguar las intenciones de la empresa y cómo diferenciarse.
Un ritmo diario demasiado intenso
La formación presencial ha mostrado sus límites con el paso del tiempo y ya no permite a los empleados desarrollarse acorde a sus necesidades. Por el contrario, el aprendizaje digital supera los obstáculos impuestos por el ritmo acelerado de la vida moderna, ya que permite adquirir o actualizar conocimientos y habilidades en el momento y lugar más convenientes para el alumno, siempre que se cumplan los plazos del curso. Se basa en la autonomía del alumno, que es responsable de tomar la iniciativa a la hora de completar las tareas propuestas por los formadores, de participar en los foros de discusión, de explorar y de estudiar el material a través del contenido interactivo proporcionado en la plataforma propuesta.
El alumno se beneficia de la flexibilidad temporal, ya que puede acceder al contenido del curso en cualquier lugar y en cualquier momento, según su disponibilidad y ritmo de aprendizaje, evitando así los desplazamientos. Esta flexibilidad temporal también permite la participación y la comunicación con el formador en los momentos más adecuados. Combinar el tiempo con el ritmo necesario ayuda a los alumnos a completar las tareas bajo la presión de sus compromisos diarios.
El e-learning, la solución para aprovechar al máximo la formación
Como el alumno elige el momento para aprender, los cursos online son más eficaces que los presenciales. Además, estos últimos suelen ser demasiado intensos, ya que el alumno tiene que asimilar mucha información en un tiempo limitado. El e-learning permite dosificar al gusto las sesiones de aprendizaje para obtener los mejores resultados. Es una solución adecuada para los empleados que utilizan el transporte público, por ejemplo, y quieren aprovechar este tiempo para aprender, o para los comerciales que se desplazan a menudo.
El e-learning supone un verdadero ahorro de tiempo gracias a sus módulos rápidos, coherentes y eficaces. Permite ofrecer módulos de formación de alta calidad, que pueden ser una mezcla de diferentes formas de aprendizaje: cuestionarios, vídeos, archivos de audio, juegos, prácticas, ejercicios, etc. Dichos módulos habitualmente son muy completos y están diseñados para que el alumno se sienta motivado.
Por tanto, el e-learning es una forma excelente de modernizar cursos de formación y hacer que los alumnos quieran aprender. Además, puede llegar a promover la unión de los equipos en torno a un proyecto virtual.
Para ofrecer un elemento de motivación extra, se pueden gamificar los módulos de cualquier formación de e-learning. La gamificación genera una mayor tasa de participación. Por ello, la gamificación, también cuando forma parte del game-based leaning, ofrece una experiencia atractiva e impactante para los alumnos. En definitiva, mezcla el aprendizaje con la diversión. El e-learning capaz de añadir gamificación o de convertirse en game-based learning permite crear formatos interactivos y lúdicos hacen que el proceso de adquisición de la información sea más rápido y sostenible, porque no se absorbe por la rutina del aprendizaje de memoria, sino por la reflexión e inmersión en el juego.