Gestionar bien nuestro tiempo implica que, en cada momento, hacemos lo que decidimos hacer y no lo que las circunstancias nos empujan a hacer. Un buen gestor del tiempo decide, de forma totalmente consciente, qué es lo que hace y cuándo lo hace.
Si estáis viendo una serie de televisión porque al llegar a casa os habéis tirado por inercia en el sofá y habéis hecho zapping hasta encontrar por casualidad la serie, entonces, es muy probable que no estéis gestionando bien vuestro tiempo. Si al llegar a casa, habéis considerado las distintas alternativas y, después de hacerlo, habéis decidido conscientemente que ver la televisión es el mejor uso que podéis hacer de vuestro tiempo, entonces podríais estar gestionándolo bien.
Si estáis leyendo una revista porque es la única que tenían en la sala de espera, no estáis gestionando bien vuestro tiempo. Si estáis leyendo esa revista porque habéis decidido conscientemente leerla, podríais estar gestionando bien tu tiempo.
Si estáis en una reunión en la que no aportáis, sólo porque os han invitado, no estáis gestionando bien vuestro tiempo. Si decidís acudir a la reunión porque consideráis que es importante estar en ella, podríais estar gestionando bien vuestro tiempo. ¿Y por qué decimos «podríais»? Porque para poder admitir que estáis gestionando bien vuestro tiempo, además de ser decisiones conscientes, deben ser decisiones correctas. Un buen gestor del tiempo decide dedicar su tiempo a cosas importantes. ¿Y cuáles son las cosas importantes? Pues aquellas que le ayudan a conseguir sus objetivos. Objetivos profesionales y también personales.
Si uno de vuestros objetivos es estar sano; salir a pasear, hacer deporte, descansar adecuadamente, realizar técnicas de relajación… son actividades importantes. Si uno de vuestros objetivos es incrementar las ventas; llamar y visitar clientes son actividades importantes. Cualquier persona tendrá objetivos relacionados con los distintos ámbitos de su vida: el familiar, el personal y el profesional.
Gestionar bien el tiempo no es sinónimo de “producir” cada hora del día. Tampoco es sinónimo de hacer mucho. Gestionar bien el tiempo implica hacer lo más importante en cada momento.
En resumen: un buen gestor del tiempo es consciente del valor de su tiempo, decide de forma consciente qué es lo que hace con él y decide dedicarlo, eficientemente, a actividades que son importantes.