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¿Qué es un itinerario formativo?

Un itinerario formativo se puede definir como el conjunto de acciones formativas que desarrollan unas capacidades específicas. Es decir, el receptor de la formación puede adquirir una o varias habilidades en distintos pasos.

Generar itinerarios formativos es esencial cuando se diseña un plan formativo en una organización, principalmente si hablamos de e-learning.

Entre otras cosas, permitirá:

  • Que los profesionales a los que se dirige la formación entiendan esta como una actividad continua, con un objetivo a largo plazo y acompañada de un crecimiento profesional.
  • Que el equipo de recursos humanos y desarrollo del conocimiento pueda evaluar el progreso y compromiso de dichos profesionales dentro de esa formación continuada.

Cómo estructurar los itinerarios formativos

Los itinerarios formativos se pueden organizar en función de los siguientes criterios, entre otros:

  • Nivel de experiencia y conocimientos de los destinatarios.
  • Duración.
  • Temática.

Este último punto, el de la temática, resulta amplísimo, pero, si pensamos en las necesidades más transversales de los equipos de una empresa, seguramente podríamos identificar los siguientes grupos:

  • Itinerarios formativos relacionados con los productos / servicios de la empresa.
  • Itinerarios formativos relacionados con el complimiento normativo o compliance.
  • Itinerario formativo para el onboarding del empleado.
  • Itinerario formativo para roles comerciales y de ventas.
  • Itinerario formativo para atención al cliente.
  • Itinerario formativo para líderes de equipo.

Cómo diseñar un itinerario formativo

1. Establece los objetivos y los indicadores de logro

Habitualmente, cualquier plan de formación corporativa nace de una necesidad de aprendizaje en la compañía. Esa será la base para identificar los objetivos del itinerario formativo y sus indicadores de éxito.

Por ejemplo, en un itinerario dirigido a jefes de equipo, sería vital identificar las distintas áreas que trabajar; por ejemplo, aquellas relacionadas con el liderazgo, aquellas relativas a la negociación y, por último, las que tienen que ver con la inteligencia emocional. De ahí, habría que establecer qué indicadores pueden ser relevantes para medir la adquisición de conocimiento.

Una empresa puede establecer más indicadores en un área si la considera primordial para la actividad de sus mandos, mientras que otra puede simplemente crear indicadores generales de la formación, como el el ratio de finalización de los distintos cursos y la puntuación media obtenida en distintas pruebas de control realizadas por los participantes.

2. Marca hitos periódicos

Estas pequeñas metas intermedias brindan a los alumnos la oportunidad de verificar su progreso durante el camino formativo y asegurarse de que están en el camino correcto. En este sentido, es buena idea hacer listas de verificación semanales que los destinatarios de la formación puedan seguir para mantenerse al día.

Simplemente puedes crear una lista de tareas imprescindibles y otra que incluya tareas opcionales. Un buen LMS facilitará la organización de estas listas o directamente pueden integrarse en la página de inicio, si hablamos de e-learning.

3. Establece vías para ofrecer feedback

De nuevo hablando de formación online, sea del tipo que sea, es necesario informar a sus destinatarios de lo que necesitan corregir lo antes posible para que no retengan información incorrecta o adopten conductas de aprendizaje desfavorables.

La clave es aportar la crítica constructiva que requieren, permitiéndoles así aprender de sus errores. Igualmente, es recomendable solicitar sus comentarios para que la formación pueda reajustarse o reconducir su estrategia de modo que cada alumno obtenga el apoyo personal que necesita. La figura del administrador o responsable de la formación es vital en este sentido.

Los itinerarios formativos personales

En muchas ocasiones, el empleado tiene la libertad o es animado por su empresa a elegir su propio itinerario de aprendizaje. De esa manera el que enfatiza las metas y objetivos es el propio alumno, motivado por sus preferencias.

También puede ocurrir que el profesional tenga la oportunidad de seleccionar los cursos, o incluso las actividades dentro de estos, en los que desea participar. Cada paso elegido le brindará una mejor comprensión del tema, pero también podrá mantener su estilo y adaptarse a sus necesidades de aprendizaje. De esta manera, los alumnos toman el control de su propia experiencia formativa, para adquirir y retener de manera más efectiva conocimientos y habilidades que les ayudarán en el mundo real.

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