Hay muchas maneras de comunicar, casi tantas como personas; sin embargo, debemos pensar qué podríamos transformar en la forma en que nos comunicamos, pues es parte de nuestra formación de cara a convertirnos en mejores profesionales.
No se trata de pensar “soy así y no voy a cambiar”. La comunicación es una habilidad que se aprende, se mejora y es parte esencial del desempeño profesional. Saber comunicar eficazmente es esencial para tu trabajo y para que consigas los mejores resultados.
Estilos de comunicación
Si tenemos que hacer una categorización básica de estilos comunicativos, podríamos centrarnos en estos cuatro, siendo el último el más eficaz para hacer que tu comunicación interna sea un éxito:
Agresivo
Todos conocemos al comunicador agresivo, alguien que no escucha, te atropella y no deja responder, ni atiende a argumentos. Desarrolla su idea sin tener en cuenta lo que los demás pueden pensar, por lo que este tipo de comunicación solo genera frustración en un entorno de comunicación organizacional.
Pasivo
El comunicador pasivo es igual de perjudicial que el agresivo. Suele tratarse de alguien con talento, con ideas claras, pero que no es capaz de compartir sus ideas de modo emocionalmente inteligente.
No comparte, ni rebate, ni opina cuando procede. Esta se convierte en una actitud inconveniente para el trabajo en equipo y para la comunicación interpersonal, en general. De algún modo, se obstaculiza el crecimiento, no facilita la búsqueda de soluciones y favorece que se enquiste el problema objeto de la comunicación en cada momento
Pasivo agresivo
Los individuos que utilizan este estilo de comunicación suelen convertirse en paralizadores dentro de la empresa. Su respueta por defecto es siempre “no”, “depende” o “ahora no es el momento adecuado”. El concepto “agresivo” no solo se refiere a la violencia, sino al cuestionamiento de todo cualquier amago de avance. El comunicador pasivo agresivo, en definitiva, bloquea todo avance con dudas o problemas.
Asertivo
La asertividad es una actitud que permite desbloquear procesos, avanzar en proyectos y sobre todo ser proactivo en el equipo. Para ser asertivo no es necesario tener siempre una buena idea, se trata de decir las cosas tal y como las vemos desde nuestra experiencia o conocimiento adquirido. No necesitamos aportar siempre, solo cuando haga falta.
Para comunicar asertivamente, lo primero que debemos tener claro es hacia dónde nos dirigimos:
- Hay una reunión, ¿necesito ir?
- Hay un nuevo proyecto, ¿aporto algo?
- Hay una nueva iniciativa, ¿merece la pena involucrarme?
Decir que no es a veces el primer paso para ser asertivo. Si no aportamos valor o si tenemos otras prioridades, lo mejor es decir que no, de ese modo centraremos nuestras energías en aquellos proyectos en los que podemos ser más eficientes.
A la vez debemos ser claros en nuestros comentarios y aportaciones, siendo conscientes de que no hay por qué participar siempre, salvo que nuestro punto de vista, experiencia o datos resulten realmente valiosos.
La comunicación interna asertiva como respuesta
Ser asertivo requiere vencer ciertos obstáculos, la timidez o, en el caso de los agresivos, reducir la necesidad de imponer nuestro punto de vista. Debemos escuchar a los expertos o a gente que conozca la materia en profundidad y nos permita enriquecer nuestro punto de vista y obtener una mejor respuesta.
El camino hacia la asertividad hay que recorrerlo para colaborar a la mejora en nuestra comunicación interna; nos permitirá avanzar en nuestro proyecto profesional.
¿Cuáles pueden ser los siguientes pasos hacia una comunicación asertiva?
- Te recomendamos invertir en formación. No tiene por qué ser aburrido, ni caro. ¿Por qué no juegas a Merchants, un videojuego que simula situaciones reales de negociación, donde el objetivo es obtener el win-win de esta, gracias a tu asertividad?
- Implica a toda la empresa en este proceso transformador.
- Solicita tu consulta con especialistas en formación. ¡Confía en nosotros!
- Consigue que tu comunicación interna sea más eficiente y positiva.