La formación corporativa mediante simuladores permite adquirir habilidades a través del aprendizaje virtual, sin riesgo y de forma eficaz. Muchos simuladores se utilizan en entornos empresariales para permitir a los trabajadores de una organización mejorar el conocimiento del negocio y sus habilidades de gestión.
Formación vs Entretenimiento
Los simuladores imitan procesos de la vida real para proporcionar una experiencia realista de aprendizaje, que generalmente se realiza desde un ordenador o dispositivo tecnológico. Empresas de todo el mundo utilizan simuladores y herramientas gamificadas para la formación de sus trabajadores. Es importante distanciarse del aspecto “gaming” de estos simuladores, ya que su objetivo fundamental es “educar” y “formar” en una determinada área, y no sólo entretener.
El uso de simuladores para la formación corporativa suele estar enmarcado en la utilización del game-based learning, para facilitar el aprendizaje de los empleados. Las empresas que han optado por utilizar la gamificación en sus programas formativos lo hacen para mejorar las soft skills de los empleados. El resultado es una formación satisfactorio, eficaz y rentable para el trabajador y su empresa.
Competición para reforzar el engagement
Muchos simuladores incorporan un sistema de competición para reforzar el compromiso e implicación del alumno. Como decíamos, es importante tener en cuenta que el aspecto “juego” no es el objetivo prioritario de los simuladores, como no lo es de los programas de formación de las empresas. La práctica de una habilidad mediante la simulación está enfocada a obtener conocimientos y hábitos para mejorar la vida personal y profesional. El elemento lúdico favorece la motivación y la competición, lo que a la larga mejora la experiencia de aprendizaje y refuerza la implicación –engagement– del participante.
Con el paso de los años, la formación interna en las empresas ha ganado importancia y peso en los planes de negocio de casi cualquier organización. La forma de aprender ha ido cambiando y también lo ha hecho el mercado. En el caso de los simuladores y el game-based learning, el cambio se ha sustentado en una importancia creciente de las nuevas tecnologías.
Simuladores para desarrollar las ‘soft skills’
Existen miles de industrias y empresas diferentes, y por tanto existen simuladores con miles de propósitos diferentes. Entre los más demandados en los negocios están los enfocados al desarrollo de soft skills, que prácticamente cualquier compañía necesita. Entre esas habilidades que se pueden desarrollar por medio de simuladores, destacan:
- Simulador de gestión del tiempo: casi todos los procesos de aprendizaje simulados incluyen la gestión del tiempo, ya sea la productividad per se o la toma de decisiones y habilidades concretas en un tiempo determinado asignado por el simulador.
- Simulador de gestión de equipos: muchos simuladores de formación se centran en el trabajo en equipo y en la gestión de personas. Es una de las soft skills más importantes y necesarias en el día a día laboral (especialmente para líderes y jefes de equipo) y por medio de los simuladores se mejora la capacidad de liderazgo, la delegación de tareas, coordinación de equipos, etc.
- Simulador de negociación, resolución de conflictos y comunicación: existen en el mercado simuladores específicos de negociación que reproducen situaciones de conflicto para enseñar al alumno las claves necesarias para resolverlos y adquirir y mejorar sus habilidades tanto de negociación como de comunicación con las partes implicadas.
Ventajas para formar a un alto número de empleados
Las empresas con un alto número de empleados tienen un reto importante a la hora de enfrentarse a la implementación de planes de formación en sus organizaciones. Si además de una plantilla numerosa, hablamos de una alta dispersión geográfica de sus trabajadores, la cosa se complica aún más. ¿Cómo desarrollar a todos o gran parte de sus muchos empleados?
Ya hemos destacado que la mayoría de simuladores virtuales se ponen en marcha desde plataformas digitales, a las que se accede por medio de los ordenadores, tabletas o dispositivos móviles. En muchos casos es Internet el único requisito para utilizar estas herramientas, lo que permite que las empresas ofrezcan un plan de formación a todos sus empleados, estén donde estén, de forma simultánea y sin aumentar los costes.
Un ejemplo de éxito es el de la Sociedad Inglesa de Bibliotecarios (SCL – Society of Chief Librarians en inglés), que ha implementado un programa de aprendizaje online para que todos sus empleados pudieran recibir una formación adecuada. La red de bibliotecas públicas británicas integraron un LMS (Learning Management System) de la mano de Learning Pool, la compañía de Paul McElvany, como cuentan en este artículo de Training Press Releases.
Gracias a este proyecto de formación online, la SCL pudo formar a 14.000 empleados (el 80% de su plantilla) en menos de cuatro meses. Con planes de formación como estos, las empresas pueden enfrentarse al reto de mejorar las habilidades de sus empleados aún con apretados calendarios y presupuestos ajustados. Pero lo más importante, en la práctica, es la satisfacción de los empleados, que consideran que el game-based learning y el uso de simuladores no sólo les resulta divertido, sino altamente aplicables a su puesto de trabajo.